CASA TOMADA

—Anoche vi un fantasma.

—Estabas soñando.

—Sé que no me crees, pero yo sé lo que vi. 

El muchacho no miente, esta casa está maldita. Como tantas casas antiguas lo están en el mundo. No tiene nada que ver con fantasmas o maleficios. Es solo que nunca quisimos marcharnos.

Cuando el amo murió, tantos años atrás, abandonándonos a nuestra suerte y su mezquina parentela se adueñó de todo. Desde entonces somos fantasmas, habitando  esa parte secreta de la mansión que nunca fue desvelada a nadie.

Ocultarnos durante el día. Salir de noche a buscar lo indispensable.

Es una suerte que sigan creyendo que este lugar se encuentra embrujado. Sin embargo, debemos ser cuidadosos.

Esta casa está maldita. Y seguirá siendo así hasta el último de nuestros días.