LA PUERTA
Apareció de pronto, sin que nadie lo notara. Cuando los niños subieron al ático para buscar sus juegos de mesa, notaron que había una puerta que antes no estaba ahí.
La niña se acercó y se quedó mirándola, desconcertada.
—¿Mike? ¿Qué es esa puerta?
—No lo sé.
El chico se aproximó tras su hermana y extendió una mano para tocar el picaporte. Este giró inmediatamente, abriendo la portezuela de par en par y revelando un abismo de negrura en su interior.
—¡Mike! ¡No vayas! —Su hermanita trató de sujetarlo, asustada.
—Descuida, solo voy a echar un vistazo. Salgo enseguida.
El niño atravesó el umbral lentamente. Su figura se desvaneció en la oscuridad. Ella escuchó sus pasos un momento y después… nada.