CACHORRO

—No puede ser… —El joven frenó con fuerza al notar al pequeño perro en medio de la carretera—. ¿Qué haces aquí, chiquitín?

El animal gimoteó cuando lo levantó en sus manos. 

Era un cachorro adorable, de pelaje completamente oscuro. ¿Quién lo habría abandonado allí, a medianoche? Algunas personas no tenían corazón.

—Tú te vienes a casa conmigo, bonito.

El muchacho lo colocó en el asiento trasero y se puso en marcha.

Una vieja canción de rock resonaba en la radio. De pronto, el ambiente dentro del coche se había enrarecido, algo empezaba a oler mal. Abrió un poco la ventana y miró por el espejo retrovisor. 

¿Era su imaginación o el cachorro había aumentado de tamaño?

—¿Qué demonios…? —El sujeto miró hacia atrás al escuchar un gruñido. 

Un grito de horror escapó de su garganta, antes de que la bestia de ojos sangrantes y enormes fauces se abalanzara sobre él.