COSMOS

Tras más de un año siendo el único habitante de la estación espacial, Afanasiev regresó a la Tierra por el aplauso de millones de personas y el hostigamiento de los medios de comunicación.
Había cambiado. A menudo lo descubría con la mirada perdida en el cielo. Cualquiera habría dicho que extrañaba el espacio, pero yo sé reconocer el miedo cuando lo veo. Y él sentía auténtico pavor ante la mera posibilidad de volver.
Algo siniestro le había ocurrido en la estación.
—No quiero hablar de eso. Nunca lo diré.
No sé que es lo que pudo haber visto u oído mientras se encontraba solo allá arriba, rodeado por la inmensidad del cosmos. Ahora, a veces también me quedó observando las estrellas.
Y entonces un escalofrío inexplicable me hace estremecer.