DULCE PRESENTE

—¿Rebecca? 

—Hola, Jake.

—¿Qué haces aquí?

—¿No es obvio? Soy la encargada del pastel de bodas. Hice el favorito de tu hermana, chocolate y ron. ¿Verdad que quedó precioso?

El muchacho tuvo un mal presentimiento. Lo último que esperaba era encontrarse con su ex en la boda de su hermana. De hecho, todo lo que deseaba era no volver a verla nunca.

La chica esbozó una sonrisa mecánica. Jake palideció y dio media vuelta.

Escuchó los alaridos antes de irrumpir en el salón del hotel. La gente se doblaba de dolor, vomitaba y caía al suelo, presa de espasmos incontrolables.

En la mesa principal, la novia yacía tendida sobre su plato, completamente inerte.