INVASORES
Cuando la invasión comenzó, nuestra sociedad sucumbió ante una ola de histeria colectiva. Miles corrieron a ocultarse en los refugios subterráneos. Otros optaron por el suicidio.
Ellos no eran como nosotros. Su planeta era húmedo, caliente y estaba devastado.
Se adueñaron de nuestro mundo y destruyeron nuestra tecnología. Nos exterminaron por millares. Los más afortunados morían al instante y los que no, eran sometidos a abominables experimentos.
Huí a través del desierto, mientras dos de ellos me perseguían. De pronto me dispararon. Grité de dolor.
—Buen trabajo, Johnston.
—Este marciano casi se me escapa.
¡Cobardes! ¡Ambiciosos! ¡Malditos sean todos los humanos! Ojalá la historia se repita, y vuelvan a destruirse entre ellos mismos.