REGALO

—¡Dan, despierta! He escuchado a Santa. 

—Déjame en paz, Lea. Vete a dormir.

Esas fueron las últimas palabras que tuve con mi pequeña hermana, antes de su desaparición, la madrugada del 25 de diciembre. 

Hace un año que la policía está sobre el caso y todavía no encuentran explicación. Sin puertas forzadas, ni pistas en la escena, resultaba imposible seguir su rastro.

Este año no hay luces, ni villancicos, ni pan de jengibre. Navidad es una fecha prohibida. A pesar de todo, encontré un obsequio por la mañana, donde debería estar nuestro árbol. Ninguno de nosotros lo ha puesto ahí.

Abrí el regalo, lentamente.

Mamá se echo a llorar en cuanto vio el oso de felpa de mi hermanita. Debajo de él había un único mensaje, escrito en una cursi tarjeta con muñecos de nieve.

“¡Feliz Navidad a todos! Con amor, Lea”.