RETORNO
Lucy Wallace tenía seis años cuando desapareció. Había salido de casa para recoger bayas y se adentró sola en el sendero lavanda, ese misterioso camino donde todos en el pueblo juran haber escuchado al viento susurrar y reír.
Todo esfuerzo por buscarla fue en vano.
—No la encontrarán —decía mi abuela—, ahora es parte del reino de las hadas.
Diez años después, durante una fría madrugada de noviembre, el señor y la señora Wallace se levantaron sobresaltados. Alguien tocaba la puerta. Ambos se quedaron lívidos de terror al acudir.
Lucy seguía siendo la misma pequeña que se había perdido. Y estaba asustada.
Nadie suele creer esta historia, pero quienes llevamos aquí toda una vida, conocemos el sendero de las hadas y nos cuidamos de las cosas que habitan en él.