—¿Lista para ver a su bebé?
La ginecóloga le sonrió al terminar de esparcir el gel sobre su abultado vientre. Estaba tan nerviosa y tan ansiosa a la vez. Se moría por descubrir las primeras formas de la criatura que crecía en su interior, saber su sexo y tantos otros detalles.
—Aquí vamos. —La especialista fijo su mirada en la pantalla de la ecografía y frunció el ceño—. Que raro.
—¿Qué pasa doctora?
—No puede ser, tiene que haber un error….
La madre sintió una punzada de pánico.
—Veo al bebé, pero está… no es posible…
—¿Doctora?
—No sé cómo decirle esto. Es que… no parece humano.
Al mirar hacia la pantalla, los ojos de la embarazada se ensancharon con horror.