BANSHEE

—Anoche escuché algo extraño.

Lady O’Neill miró a su sobrina con horror. La joven estaba pálida y decaída. Tenía aspecto de no haber pegado ojo en toda la noche.

—¿Qué fue lo que escuchaste, querida?

—A una mujer. Lloraba. Emitió un grito desgarrador que me paralizó en la cama, nunca había escuchado algo así. Es lo más horrible que he oído jamás.

La mujer la miró con los ojos desorbitados, el bordado que sostenía entre sus manos temblorosas cayó al suelo. 

—T-tú… ¿la escuchaste?

Antes de que pudiera decir nada más, uno de sus sirvientes entró en la habitación con expresión agitada.

—Noticias para usted, mi señora. Se trata del joven lord. Está muerto.