CONTACTO FANTASMAL

Sufrí un accidente la semana pasada. 

Un accidente que me costó el brazo izquierdo, desde la mano hasta el codo.

Todos me aseguran que voy a estar bien, que haberlo perdido no me hace una persona incompleta o inútil. 

Ellos no saben de lo que hablan.

Lo más terrible no fue enfrentarme a la cirugía de amputación, ni acostumbrarme a la visión de mí mismo, a partir de ahora.

No, lo más terrible vino después.

A veces aún puedo sentir como si tuviera mi brazo intacto. Es lo que llaman dolor fantasma. El doctor dijo que era normal.

Lo que no es normal es la sensación de otra mano invisible, que acaricia mis dedos inexistentes y repta a lo largo de mi brazo faltante, atormentándome con ese tacto metafísico que me hace estremecer.