—¿A qué hora entraron vuestros amigos?

—Hace un par de horas, señor. No contestan el teléfono, tal vez tuvieron un accidente.

—¿Y qué estaban haciendo aquí? ¿No saben que esto es propiedad privada?

—Era un reto, oficial. Estábamos grabando un vídeo para nuestro canal de YouTube, somos exploradores urbanos.

—Sois idiotas, más bien. No deberían estar jugando en sitios como este.

El policía nos miró de manera reprobatoria.

—De acuerdo, iré a buscarlos. No os mováis de aquí. —Lo vimos desaparecer en las entrañas de aquel edificio abandonado.

Esperamos por horas. Pero cuando se hizo de noche, y ni él ni nuestros amigos salieron de ahí, perdimos toda esperanza. Siguen desaparecidos hasta el día de hoy.

Nunca volvimos a acercarnos a ese lugar.