GAFAS

—¿Qué pasa con esas gafas? —pregunté, señalando el ornamentado accesorio que descansaba en una caja de madera tallada.

—Estas son un objeto especial —me confió mi abuela—. Los cristales fueron elaborados por un oscuro alquimista, Quien las usa, tiene la capacidad de ver el mundo de las hadas, invisible a los ojos humanos pero tan cercano a nuestra realidad. 

—Ya veo. Muchas gracias, abuela, son un regalo muy original.

Ella simplemente sonrió, sin verse afectada por mi incredulidad.

Días después tuve el impulso de probarme los espejuelos, simplemente para proteger mis ojos. Era un día bastante soleado.

Algo extraordinario ocurrió cuando las usé. Descubrí los rostros hermosos y las miradas llenas de malicia de esas criaturas pequeñas, habitando en lugares que siempre nos pasan desapercibidos, atrapadas por sus propios deseos.

Desde entonces, supe que nunca más volvería a ver el mundo de la misma forma.