GIGANTE
La habitación seguía a oscuras cuando abrió los ojos.
El suelo estaba temblando. Algo se aproximaba a su casa desde la avenida, algo muy grande. Podía sentirlo.
El pequeño saltó de la cama y corrió las cortinas con manos temblorosas.
El gigante dibujó una sonrisa obscena al verlo, su rostro estaba surcado por cientos de cicatrices. Luego echó la cabeza hacia atrás, liberando una risa espeluznante. Pero nadie más despertó.
Le vio alargar una mano deforme hacia él, listo para atraparlo…
El niño se despertó en su cama, empapado en sudor frío. Temblaba de pies a cabeza. Su corazón aún palpitaba incontrolable ante el recuerdo de la pesadilla.
—Un sueño… fue solamente un sueño.
Al correr la cortina que cubría su ventanal, un ojo inmenso le devolvió la mirada.