HANUKKAH
—Hanukkah Sameach.
—Hanukkah Sameach, querida. —El hombre encendió la última vela de la menorá y entonó un cántico en hebreo.
Estaba feliz de encontrarse con toda su familia. La mesa había sido arreglada con esmero y yacía repleta de comida deliciosa. Los niños estaban alegres.
El padre levantó su copa.
—Por otro año juntos.
Todo era perfecto.
Igual que aquella noche de diciembre en 1940, antes de que los hombres de la Gestapo los arrestaran. Desde entonces, la misma escena espectral se repetía en el apartamento polaco, donde tantos inquilinos habían escuchado ruidos inexplicables.
Sin embargo ya nadie recordaba a la familia Katz, que como cada año, se reunía en su antiguo hogar para revivir sus últimos momentos felices.