LA CÁMARA

La cámara no estaba mal para ser un objeto de segunda mano
Emilia decidió probarla tomando varias fotos consecutivas del edificio frente a ella, un antiguo complejo de departamentos.
Pero al revisar las fotos, notó algo extraño. La secuencia mostraba a un muchacho que aparecía de pie, sobre el borde del tejado, y luego se lanzaba al vacío, estrellándose en el pavimento.
La chica lo contempló temblorosa, paralizada por el horror.
Miró hacia la calle vacía y luego hacia el tejado del edificio. No había nadie a la vista.
«¿Estoy volviéndome loca?»
En ese momento, alguien apareció en el techo. Era el joven de las fotografías. El corazón de Emilia dio un vuelco.
—¡DETENTE! ¡POR FAVOR, PARA!
El muchacho miró en su dirección, sobresaltado. Y entonces resbaló.