LA ROSA

—Érase una vez una madre muy pobre, cuyo hijo estaba muy enfermo. La mujer acudió a una anciana bruja que vivía en la montaña y ella le entregó un hermoso capullo. Cuando el capullo se transformó en flor, el chico comió lentamente sus pétalos y nunca más volvió a sufrir enfermedad alguna. Creció, prosperó y con el paso del tiempo se casó y tuvo sus propios hijos.
—¿Y su madre? ¿Qué pasó con su madre, papá?
Tomé un pequeño frasco de cristal de la estantería, donde reposaban los últimos pétalos de la rosa, pálidos y marchitos.
—Ella entregó su corazón a cambio de la cura milagrosa. Fue su corazón lo que le salvó la vida a aquel pobre muchacho, antes de que él mismo comprendiera el inmenso sacrificio que había hecho por él.