LA VÍA

—Hace años que el tren dejó de pasar por nuestro pueblo. Aquí fue donde el loco Arthur Taylor mató a su mujer, después de arrojarla a las vías. La pobre murió descuartizada bajo el ferrocarril.

—¿Por qué la mató?

—Ella lo engañaba. Eso es lo que me contó mi abuelo.

John y yo caminamos sobre los rieles abandonados del bosque.

—Dicen que a veces aparece por aquí, arrastrándose sobre su torso mutilado.

—No irás a creer en esos cuentos de niños, ¿o sí?

Un sonido nos sobresaltó a ambos. El viento jugaba con las hojas de otoño. Debajo de su murmullo, sin embargo, podíamos percibir algo más. 

Algo que se arrastraba hacia nosotros.

Echamos a correr, sin mirar atrás. Nunca regresamos a la vieja vía.