MENSAJE DE VOZ

—Regresa a casa, estás arruinando tu vida. Te lo digo por tu bien.
Controladora. Egoísta. Manipuladora. Esa solía ser su madre, una mujer vil que se había encargado de amargarle la existencia a Joanna, excusándose una y otra vez con las mismas palabras vacías.
“Por tu bien”.
La joven se sintió culpable cuando la llamaron del hospital, confirmando que la mujer había muerto. Culpable por el inmenso alivio que sintió.
«Ya no puedes hacerme daño, mamá».
En ese momento recibió un audio en WhatsApp. La chica se congeló al ver el número del remitente, tan familiar como la voz del mensaje:
—Aún tenemos cosas que resolver, Joanna. Pronto iré a verte. Te lo digo por tu bien.
Joanna dejó caer el teléfono antes de encogerse en un rincón, histérica y asustada.