MI VECINO
—¡Sonrían para la cámara, chicos!
El señor Patterson era un vecino de lo más agradable, vivía solo y siempre bromeaba con todo el mundo. Tenía un Volkswagen clásico de color amarillo canario, en el que a menudo nos dejaba jugar.
Yo no entendía como un hombre tan bueno no tenía hijos.
Nos sorprendimos mucho el día que la policía lo arrestó. Y más cuando supimos lo de las fotos, decenas de imágenes en las que figurábamos prácticamente todos los niños del vecindario. Recuerdo que nos hizo varias mientras jugábamos en la van.
Por suerte yo nunca quise bajar a su sótano, como hicieron los otros chicos.
El viejo Volskwagen sigue estacionado fuera de su casa. Creo que sus hermanos están intentando venderlo, al igual que la vivienda. Ojalá lo hagan pronto.
No soporto verlo cada mañana, mientras voy al colegio.