NAUFRAGIO

—Creo que me estoy volviendo loco, ahora escucho voces que vienen del mar.

—No estás loco.

Miré al viejo marino, que no apartaba sus ojos del mar a nuestros pies.

—El capitán Vanderburgh se hundió con toda su tripulación una trágica mañana de Marzo, hace muchos años. Se dice que hundió su barco a propósito.

—¿Por qué?

—Estaba hechizado.

—Hechizado.

—Sí. Condenado por una canción que emergía entre la niebla, esa melodía lo llevó a su perdición. Y acabará contigo, si no tienes cuidado.

Su historia me hizo estremecer.

Esa noche supe que no estaba soñando. Asustado, me encogí en mi camarote, atormentado por el canto de la sirena y el eco lejano de la risa de un hombre.