OASIS
—¿Dónde estoy?
—Tranquilo, es normal estar desorientado. Acabamos de desconectarte.
—¿Desconectarme?
—Eras uno de los sujetos de prueba de Oasis, nuestro programa de realidad virtual más avanzado. Todo estaba marchando bien… pero olvidaste que era un juego, te dejaste atrapar por la fantasía. Tu cuerpo ya no respondía a los estímulos externos. Tuvimos que sacarte de ahí antes de que las consecuencias fueran irreversibles.
Alan sintió un vacío en el pecho. Su palacio en el reino de Prym, su hermosa familia, la mujer a la que amaba, esa vida de ensueño que conocía… ¿nada de eso era real?
El muchacho se derrumbó en el suelo, temblando. La nariz le sangraba profusamente.
—¡DÉJENME VOLVER! ¡NECESITO VOLVER!