TORNADO

—Ocurrió en el 89, yo tenía seis años de edad cuando el tornado sorprendió al pueblo. La gente corrió a resguardarse en sus sótanos. Pero mamá no. Ella aún estaba fuera. El torbellino se la llevó. Jamás recuperamos el cuerpo. 

—¿Por qué nunca me lo contaste antes?

—Te dije que no me gustaba hablar sobre mi niñez. 

—Por eso no te gusta visitar a tus abuelos, ¿no? Ahora entiendo lo de tus pesadillas. Cariño, lo siento tanto.

Mi novia me envolvió entre sus brazos sin percatarse de mi semblante sombrío. No le he contado toda la verdad sobre mi madre. 

Ella no sabe que a veces aún puedo escucharla, gritando en lo alto y a lo lejos.

Eso es lo que realmente me impide conciliar el sueño.