TROLL

—Mamá, hay un troll viviendo en la alcantarilla de la esquina.

Sonreí ante la imaginación de mi hija. Sin embargo, algo en sus palabras me causa inquietud. Yo también solía imaginar que había una horrible criatura habitando ahí, cuando tenía su edad. Nunca se lo conté a nadie.

Tiene que ser una coincidencia.

—¿Ah sí? ¿Y qué te ha dicho? 

—Dijo que te extrañaba, ¿sois amigos?

Las manos me tiemblan. 

Salgo de la casa y doy vuelta a la manzana, invadida por una angustia infantil.

Dos ojos saltones se vuelven hacia mí, cuando me agacho para mirar por la alcantarilla. Es él. Sigue tan grotesco como lo recordaba. Pero no es posible…

La criatura esboza una malvada sonrisa al reconocerme.

—Hola, Clara. Mira cuanto has crecido.